COMPRENDER PARA CAMBIAR
Si usted está enfadado, mire tras los hechos que han desencadenado su ira.
Luego mire lo que hay detrás de ella.
Porque detrás de la ira o del temor, como de otras emociones negativas, suele haber una herida; una herida profunda o muy profunda que usted ha tratado de acallar.
Las emociones profundas no resueltas pueden trastornar la mente.
Son situaciones inconclusas que quedan latentes y esperan a salir a flote en cuanto tienen ocasión.
Si no se zanjan y se liberan, estas situaciones inconclusas vienen una y otra vez a interrumpirnos en lo cotidiano y no nos dejan vivir el momento y disfrutar.
Y pueden llegar a enfermar el cuerpo y el alma.
Una de las técnicas más efectivas que existen para solucionar este problema es la Técnica del Perdón.
Es una de las mejores herramientas de la PNL o Programación Neurolingüista.
Existen muchos terapeutas muy bien cualificados que le pueden ayudar a terminar con esas emociones negativas que arrastra constantemente y no encuentra la forma de erradicar.
Básicamente consiste en hacer un ejercicio en el que otorga el perdón a lo que haya sido el causante de su dolor o, si es el caso, se hace el perdón a sí mismo por aquello en lo que usted siente que tuvo una responsabilidad y no actuó a la altura de lo que esperaba y le atormenta un sentimiento de culpa.
En ambos casos, el ejercicio facilita a la vez ser consciente de las enseñanzas que se desprenden de los hechos, que nos enriquecen y nos hacen madurar y evolucionar en a vida haciéndonos más fuertes y equilibrados.
¿Cuántas situaciones inconclusas tiene pendientes de resolución?
Ya dice el refrán "LO QUE PUEDAS HACER HOY NO LO DEJES PARA MAÑANA"
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